Cine de arte
Por: Andrea Soto
Durante los años treinta, surgió una
preocupación por contrarrestar los grandes efectos que estaba teniendo el cine
Hollywoodense con sus producciones llenas de fantasía, en donde se le otorgaba
una mayor importancia a los actores que al mismo director de la película y cuya
única finalidad era entretener a la audiencia.
Ejemplos de películas que surgieron en
aquel momento de transformación del cine son
“El ángel azul” (1930), del director Josef von Sternberg, o “La gran ilusión” (1937), de Jean Renoir.
Alrededor de Europa surgieron nuevos
géneros cinematográficos que se enfocaban a mostrar arte en sus creaciones. Así
fue como se conformaron diversas corrientes como el documentalismo, cuyo
propósito era registrar sucesos históricos; el realismo francés, que se basaba en los
acontecimientos diarios; el impresionismo alemán, que quería expresar los
sentimientos del autor; las que representan al neorrealismo italiano, que
deseaba devolver la mirada a la sociedad y denunciar circunstancias sociales de
la posguerra; las del “underground”, que criticaban la sobreproducción de
películas rosas y promovía la aparición de temas tabú, etc.(J.Baran e Hidalgo,
2005, p. 261)
Al no estar ligado a los intereses de las
grandes compañías, el cine independiente suele abarcar temáticas de consciencia
social, conflictos de valores, la
pérdida de identidad, así como del vacío que genera la vida moderna
actual, cuyos valores más importantes son las cosas materiales.
Sin embargo, estamos en una época en la que
se cuestiona si verdaderamente únicamente el cine independiente es cine de
arte, ya que existen filmes que a pesar de ser considerados comerciales, no
puede negarse su calidad artística. Estas concepciones están cambiando; los
críticos seguirán deliberando, mientras tanto, queda como reflexión para cada
uno de nosotros.
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