El documental: Una mirada de la realidad
Por: Andrea Soto
En esta ocasión, incursionaremos un poco en
el mundo del cine documental, un género que en los últimos años ha resurgido y
cobrado vida, por lo cual merece que lo volteemos a ver y reflexionemos sobre
su verdadero lugar en el séptimo arte de nuestros días.
El cine tuvo sus comienzos en la captura de
la realidad, o en el documental, desde que se realizó la primera filmación de
la llegada de un tren a una estación por los hermanos Lumière; de hecho, en un
principio las filmaciones que se realizaban con el nuevo invento eran meros
fragmentos de realidad. Meliès fue quien
comenzó con la ficción al contar historias con el cine, haciéndolo en un
principio de una manera muy semejante al teatro.
Sin embargo, hasta esta nueva era que se
está presentando, el documental parecía estar relegado a un segundo término. Se
pensaba en éste como programa televisivo, informativo y educativo, con un
formato específico que iba acompañado de la tradicional voz off. Sin embargo,
los documentales se han revolucionado, observándose una intensa multiplicación
de estos en la gran pantalla.
Con las innovaciones en la manera de hacer
documentales, que se salen del formato tradicional, este género se ha
dignificado a sí mismo al nivel de la ficción con la que puede competir
fácilmente en taquilla e inclusive superarla.
El gran cambio se basó en la atención que se
le ha puesto a la narrativa y sobre todo a la puesta en escena y se ha olvidado
de ser pedagógico para ser una herramienta de investigación critica.
A pesar de lo que se piensa comúnmente,
no se puede hacer una separación entre el documental y la ficción, porque lo
que impera es el Relato. El documental siempre tiene un poco de ficción y la
ficción un poco de realidad.
Es evidente que el documentalista no puede
mostrar toda la realidad, es por esto que se le llama “mirada” al ángulo y
encuadre desde el cual se muestra la vida al espectador. Tampoco se puede mostrar la realidad objetiva
tal cual ya que el documental obedece a un fin subjetivo: se dedica a
convencer.
El documental ha tomado más fuerza que
nunca, lo vemos inclusive en México, en donde algunos cineastas han
incursionado con éxito en el documental como fue el caso de “Presunto Culpable”
(2011) dirigido por Roberto Hernández y Geoffrey Smith, o el premiado en el
Festival de Cine de Guadalajara “Morir
de Pie” (2012) de Jacaranda Correa, sólo
por mencionar algunos. De mayor impacto han sido otros realizados en el
extranjero y que han llenado las salas tanto como lo hacen las ficciones.
Sin embargo, esta nueva mezcla de ficción y
realidad no siempre permite que al espectador le quede bien clara la línea
divisoria, prestándose entonces a la manipulación y el engaño. El documental
dejaría de ser entonces un recurso para informar sobre la realidad, sino un
producto artístico más del cine.
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